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En 1979, los psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky desarrollaron lo que se ha venido en llamar teoría prospectiva o teoría de las perspectivas. Según sus ideas, las personas toman decisiones sesgadas en situaciones donde deben decidir entre alternativas que involucran riesgo, por ejemplo, decisiones financieras.
De esta manera, y por concretar un poco, la teoría prospectiva asume que las pérdidas y las ganancias se evalúan de forma diferente. Por lo tanto, las personas tomamos decisiones en base a las ganancias que percibimos, pero no en base a las pérdidas que percibimos.
En el trading y la inversión se la conoce como la teoría de aversión al riesgo o aversión a las pérdidas. Se explica con el concepto de que cuando una persona afronta dos opciones financieras o de inversión, ambas iguales, una presentada en términos de ganancias potenciales y otra presentada en términos de posibles pérdidas, la opción mayoritaria será la segunda.
Esta teoría da a entender la forma en la que se comportan las personas y es parte de las denominadas economías del comportamiento. Según la teoría prospectiva, los inversores eligieron las ganancias percibidas porque las pérdidas provocan un mayor impacto emocional. Por lo tanto, las personas prefieren resultados seguros sobre resultados probables y que cuando se toma una decisión se eliminan informaciones similares.
¿Cómo funciona la teoría prospectiva?
La teoría prospectiva describe la forma en la que las personas eligen entre alternativas probabilísticas cuando hay un cierto nivel de riesgo implícito en la decisión (pérdidas o ganancias), tal y como ocurre en las alternativas de inversión.
Como las opciones son independientes y singulares, la probabilidad de una ganancia o una pérdida se asume que -en la decisión final- se valoran al 50%. Pero no es así. En realidad, pesa más el miedo a perder que el deseo de ganar, por lo que a pesar de que el resultado sería un 50/50 el inversor da más peso a la posibilidad de perder y toma la decisión como si el porcentaje real fuera distinto.
Como las pérdidas en una inversión provocan un mayor impacto emocional que las ganancias, en el caso de una elección que proponga el mismo resultado potencial (50/50) un individuo elegirá la opción que ofrezca ganancias perceptibles.
Por ejemplo, tienes dos opciones de recibir $25 dólares. En la primera de ellas, te dan $25 dólares directamente. En la segunda, te dan $50 dólares, pero tienes que devolver $25 dólares. En ambos casos recibes $25 dólares, pero según la teoría prospectiva es mucho más probable que elijamos la primera opción porque es mejor recibir los $25 dólares como ganancia simple que recibir $25 dólares como si sufriéramos una pérdida de otros $25 dólares.
Explicado con este ejemplo resulta un tanto absurdo, pero el hecho es que, en materia de inversión, los inversores siempre elegirán la opción que ellos perciban como de menor riesgo a costa de ganar menos. Y siempre se decantarán por evitar el riesgo a menos que perciban que la otra opción es una pérdida segura.
Otro ejemplo más cercano a una inversión se produce cuando se presenta un fondo de inversión a un ahorrador con la información de que ofrece una rentabilidad del 10% en tres años. Entre tanto, otro asesor vende el mismo fondo de inversión con el argumento de que el fondo ha tenido rentabilidades por encima de la media los últimos diez años, pero ha estado en caída los últimos tres años.
Según la teoría prospectiva, aunque al inversor le han ofrecido el mismo fondo de inversión, es más probable que contrate con el primer asesor que con el segundo porque en un caso le han ofrecido la tasa de retorno de un fondo en términos solo de ganancias, mientras que en el otro caso se presentó el fondo como con alta rentabilidad, pero con pérdidas también.
De esta manera, la teoría prospectiva es importante porque hace ver lo importante que es la percepción de las inversiones. En realidad, lo mediatizados que estamos los inversores por nuestro miedo a las pérdidas y lo que pesa en nuestras decisiones.
Como inversor no vas a poder quitarte de encima ese miedo a perder y cada vez que oigas la palabra verás tus inversiones desde un prisma distinto y tendencioso que odia cualquier forma de riesgo.
Y dado que el miedo siempre está presente en nuestras decisiones como inversores, lo que debemos hacer es aprender a vivir con ese miedo y utilizarlo en nuestro provecho. Puesto que toda inversión conlleva riesgo hay que saber entender cómo compensar ese riesgo en nuestra cartera con otras estrategias de bajo riesgo -aunque tengan baja rentabilidad- para que nuestro subconsciente duerma mejor.
En la medida en la que tengas una parte de tu cartera de inversión protegida te resultará más fácil avanzar en decisiones de inversión de mayor riesgo, pero también de mayor rentabilidad potencial.
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Jarastyle – #Teoría #prospectiva #importancia #trading #inversión
Courtesy : https://www.negociosyemprendimiento.org/2023/01/teoria-prospectiva-trading-inversion.html