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A la edad de 12 años, vendía bolsas de basura para poder ganar algo de dinero por cuenta propia. Durante su juventud, tuvo toda clase de empleos, pero fue despedido en múltiples ocasiones por su carácter rebelde. Cansado del mundo laboral y de jefes que frenaban su ambición, decidió aventurarse a iniciar su propio negocio. Hoy en día, es un exitoso empresario con inversiones en tecnología, entretenimiento y deportes, posee una fortuna personal de más de $4.600 millones de dólares, invierte en proyectos de emprendedores y es admirado por sus labores filantrópicas… ¿Cómo lo logró?
¿Cómo se convirtió Mark Cuban en una de las personas más ricas del mundo?
El protagonista de esta historia es Mark Cuban, quien nació en Pittsburgh, Pensilvania, el 31 julio de 1958, y creció en los suburbios de Mt. Lebanon, siendo parte de una familia judía de clase media/baja muy trabajadora.
Su padre se dedicaba a la tapicería automotriz, y su madre cambiaba de trabajo cada cierto tiempo.
Originariamente, el apellido de la familia era “Chabenisky”, sin embargo, cuando los abuelos de Mark llegaron a Estados Unidos provenientes de Rusia, los funcionarios de inmigración modificaron su apellido por “Cuban”, aún sin tener una explicación clara de por qué sucedió eso.
Desde niño, Mark se apasionó por el baloncesto, la música disco, la tecnología, el cine y los negocios, gustos que, durante su adultez, intentó mezclar para prosperar en la vida, ganando dinero mientras hacía cosas que amaba.
A temprana edad comprendió que, para obtener lo que quería, debía esforzarse mucho, por lo que dio su primer paso en el mundo de los negocios cuando apenas tenía 12 años. El chico quería unas costosas zapatillas de baloncesto que le encantaban, pero sus padres no podían costearlas, así que se le ocurrió ponerse a vender bolsas de basura para poder comprarlas.
Mientras iba a la escuela secundaria, desempeñó una amplia variedad de trabajos, incluyendo de camarero, instructor de baile disco y ambientador de fiestas, manteniendo siempre la filosofía familiar del ahorro y el trabajo duro. También vendió fichas y tarjetas de béisbol de puerta en puerta, e incluso aprovechó una huelga del periódico Post-Gazette para traer periódicos de la ciudad cercana de Cleveland con el objetivo de venderlos a las personas de Pittsburgh.
Mark tenía claro que la clave del éxito era aprovechar las oportunidades que se le presentaran para ofrecer a la gente lo que estaban buscando, y por eso siempre estaba vendiendo o invirtiendo en algo.
Sus primeros fracasos en el mundo laboral y en los negocios
En su último año de bachillerato, decidió abandonar el colegio para ingresar directamente a una escuela técnica de la Universidad de Pittsburgh como estudiante a tiempo completo. Al año siguiente, fue transferido a la Universidad de Indiana en Bloomington, y se graduó de la Kelley Escuela de Negocios en 1981 con una Licenciatura en Administración de Empresas. Más adelante contó que eligió esa universidad sin haber visitado el campus, sino que lo hizo simplemente porque era la escuela con la matrícula más barata de todas las escuelas de negocios de la lista del top 10 en Estados Unidos.
A finales de los años 80’s, el contador Paul Terhorst publicó el libro “Sacando provecho al sueño americano: Cómo jubilarse a los 35”, el cual sería una gran influencia e inspiración en la carrera de Mark. De él aprendió la filosofía de ahorrar mucho dinero y vivir como un estudiante, una de las ideas principales del libro.
Mark no hizo lo mismo que la mayoría de estudiantes universitarios de adquirir un préstamo para costear sus estudios, sino que él mismo los fue pagando dando clases de baile Disco o con los ingresos de un negocio de cartas en cadena que inició en su tiempo libre.
Luego de ahorrar lo suficiente, decidió invertir para abrir un bar para estudiantes. Esto dejó sorprendidos a sus profesores, quienes jamás habían visto que uno de sus estudiantes emprendiera negocios mientras todavía seguían en la escuela. Gracias a la determinación del chico, este bar se convirtió en uno de los más exitosos de la ciudad de Bloomington. Sin embargo, por estar buscando constantemente ideas nuevas, una de sus tácticas ocasionó el desplome del negocio, ya que, en un intento de captar más clientes, organizó concursos de playeras mojadas con chicas modelando. Aunque él se encargaba de controlar los documentos de cada participante, uno de los eventos no terminó bien porque una de las chicas había falsificado sus documentos, y, además de ser menor de edad, también estaba en libertad condicional por prostitución. Uno de los vigilantes descubrió esto y, cuando los periódicos locales difundieron la noticia, significó el final del bar. A pesar de ello, Mark Cuban agradece que haya sucedido esto, porque, si no, seguiría trabajando en el bar y se hubiera perdido de las cosas maravillosas que vivió desde ese momento.
Luego de graduarse, comenzó a trabajar en el Banco Mellon, en Pittsburgh, justo cuando las entidades financieras recién comenzaban a hacer el traspaso hacia las computadoras. Allí se interesó mucho por la tecnología y fue quien terminó cambiando por completo el proceso de operaciones de la empresa, pasando del papel hacia los sistemas informáticos en los ordenadores. Además, como siempre tuvo una inclinación por las redes, durante su estancia en el banco creó un mini proyecto dentro de la propia empresa que consistía en tener un boletín informativo y un grupo, llamado Rocky Cloud, en el cual los empleados más jóvenes de la empresa podían tener acceso fácil para comunicarse con los altos ejecutivos, y así éstos podrían escuchar las ideas que proponían para mejorar el banco.
Aunque la iniciativa pudiera sonar interesante, y que las intenciones de Mark sólo eran ayudar a que la empresa ganara más dinero, a su jefe no le gustó para nada y se lo dejó bien claro:
“Me dijo que nunca podía actuar por encima de él o, sino, me aplastaría, así que fue en ese momento que me di cuenta que me tenía que ir de allí.” -Explicó Mark en una entrevista.
Frustrado por lo sucedido, decidió renunciar, pues se dio cuenta de que allí no lograría nada más.
Después de este suceso, regresó a Indiana, con 23 años de edad. Una vez allí, se puso a trabajar en una franquicia llamada Tronics 2000, donde reparaban televisores. Al año siguiente, se mudó a la ciudad de Dallas, en Texas, y se asentó en un departamento de tres habitaciones que debía compartir con otras 5 personas. Como no tenían suficientes camas, debían turnarse y cada uno dormía ocasionalmente en el sofá o incluso hasta en el suelo.
En aquella época, el joven tenía poco dinero, pues su salario le alcanzaba apenas para lo justo, entonces comenzó a buscar oportunidades de negocio para emprender.
Su primer negocio en esta nueva etapa de su vida consistió en vender leche en polvo. Desafortunadamente, el negocio no funcionó y tuvo que cerrar al poco tiempo. Este fracaso lo desilusionó y lo obligó a tener que buscar nuevamente un trabajo.
Después de estar trabajando como barman en un club, encontró en un periódico un anuncio de empleo por parte de una empresa de software para PCs que se llamaba Your Business Software. Esta empresa era una tienda minorista de tecnología y una de las primeras en dedicarse a vender software, lo cual llamó la atención del joven. El anuncio había sido colocado por una agencia de empleo. A Mark le hubiera encantado poder decir que por sus habilidades de conversación y su vestimenta impresionó a la agencia lo suficiente como para que le organizaran la entrevista, pero, en realidad, casi nadie solicitaba el trabajo, por lo que la agencia hubiera enviado a cualquiera que aplicara.
En uno de sus blogs motivacionales, Mark relata que estaba realmente entusiasmado con el empleo, ya que era su oportunidad de entrar de lleno en el negocio de la informática, una industria que le interesaba desde hacía mucho tiempo.
Durante la entrevista, recuerda que le hicieron una pregunta cuya sincera respuesta le daría el puesto. Doug, uno de los propietarios de la tienda, le preguntó qué haría si un cliente tiene una duda sobre un paquete de software y no sabe la respuesta. Mark sólo dijo que se limitaría a buscar en el manual hasta encontrar la respuesta para ellos, y con eso fue suficiente para ganar el empleo. Así comenzó su carrera en la industria tecnológica como un vendedor de software que también debía encargarse de limpiar el piso y asegurarse de que la tienda siempre estuviera abierta a tiempo. Su sueldo era de $18 mil dólares anuales, además de una comisión extra por ventas.
Pese a su enorme pasión por la tecnología, él mismo admite que, hasta ese momento, jamás había usado una PC IBM, por lo que se vio en la necesidad de empezar a aprender profundamente sobre software y computadoras. Para lograrlo, se propuso a leer todas las noches un manual distinto, hasta que se convirtió en un verdadero experto, ganándose la confianza y el respeto de los clientes por las recomendaciones honestas que brindaba. Luego de 6 meses, ya hasta había construido una clientela propia. En paralelo, pasó horas en las computadoras de la tienda, aprendiendo cómo instalar, configurar y ejecutar el software. A partir de este aprendizaje, comenzó a ofrecer servicios de consultoría e instalación de software por $25 dólares la hora, compartiendo los ingresos con la empresa para la que trabajaba.
A medida que sus conocimientos de computación aumentaban, sus ingresos y su reputación también se incrementaban. Cada vez recibía más honorarios extra por servicios de consultoría, obtenía buenas referencias y otras compañías le hablaban por teléfono para concretar nuevos negocios; de esta forma fue que logró cerrar un acuerdo con un consultor local que le pagaba tarifas de referencia, lo que lo llevó a obtener un cheque de $1.500 dólares por comisión.
“Cuando recién comienzas, puedes o no tener un trabajo. No tienes dinero. Tienes una completa incertidumbre sobre tu carrera. Pero, lo que aprendí desde el principio, es que, si me esfuerzo, puedo aprender casi cualquier cosa… La realidad es que la mayoría de las personas no dedican tiempo a mantenerse al día y aprender. Eso siempre me ha dado una ventaja competitiva.” -Afirma Mark Cuban.
Gracias a este crecimiento laboral y financiero, pudo mudarse del apartamento hacia uno dónde sólo lo compartía con otras 2 personas, en vez de 5, y fue la primera vez en su vida que tuvo más de $1.000 dólares en el banco. Este fue un momento especial para él: estaba construyendo una base de clientes fieles, comenzaba a entender la tecnología y se estableció como alguien que realmente sabía sobre software, además de darse cuenta que amaba trabajar con las computadoras. Pero, aunque todo parecía ir cada vez mejor en su vida, sus ganas por mostrar iniciativa propia otra vez fueron la causa de su despido…
Un día, 9 meses después, se le presentó la oportunidad de cerrar un trato a las 9 de la mañana por una venta de $15 mil dólares, lo cual le dejaría buenas comisiones. Mark le dijo a su jefe que iba a cerrar el acuerdo durante su horario de trabajo y que alguien lo cubriría cuando estuviera fuera. Su jefe le dijo que no fuera, ya que debía abrir la tienda, pero Mark, entusiasmado por la oportunidad y pensando que con el cheque podría llegar a impresionarlo, fue a ver al cliente. Cuando regresó a la oficina con el cheque en mano luego de cerrar el trato, su jefe lo despidió al instante por desobedecerlo.
Pese a que Mark salió perdiendo, él considera que ese fue el factor más determinante en su vida como emprendedor. Desde ese día, jamás olvidaría al jefe que lo despidió, porque ese hombre le enseñó la manera en la que él nunca querría liderar sus proyectos.
Convirtiendo su experiencia en empresas multimillonarias
Luego de haber sido despedido de tres trabajos consecutivos, era el momento de volver a emprender, y, con los conocimientos y experiencia de su último trabajo, decidió crear una empresa de consultoría de PCs, la cual llamó MicroSolutions. Ahora contaba con el apoyo de los clientes que lo conocían de la tienda de software, y, tanto el trato con ellos, como el haber forjado buenas relaciones de negocios, fueron sin lugar a dudas las bases del éxito de su nueva compañía.
MicroSolutions fue en un comienzo una empresa dedicada a la integración de sistemas y a revender software, que además era de las primeras en ofrecer tecnologías avanzadas para el momento, como Carbon Copy, Lotus Notes o CompuServe, teniendo como uno de sus clientes más importantes a Perot Systems.
Mark, que se mantenía siempre informado sobre las últimas novedades informáticas, tenía la corazonada de que el proceso de transferencia de datos utilizando discos pronto sería sobrepasado por la interconexión de computadoras, por esta razón, en 1990, vendió su empresa a CompuServe, subsidiaria de H&R Block, por $6 millones de dólares, obteniendo una ganancia aproximada de $2 millones de dólares después de impuestos.
Eufórico por el éxito conseguido con su empresa, decidió usar parte del dinero que ganó para retirarse y disfrutar de la vida durante al menos unos 5 años. Siendo ya un millonario a sus 32 años, compró un pasaje de por vida en American Airlines para recorrer el mundo. Pero, el frenesí del dinero lo llevó a tomar malas decisiones. Empezó a viajar y a gastar sin medida gran parte de su capital en fiestas.
Luego de un tiempo, incursionó en el apasionante campo de los mercados financieros. Con lo que le quedaba de dinero, comenzó a invertir y aumentó su capital a más de $20 millones de dólares gracias a la especulación con acciones.
Aunque tenía dinero suficiente para descansar el resto de su vida, su jubilación anticipada no duró mucho, pues, en 1995, su capacidad emprendedora lo llevaría a embarcarse en un nuevo proyecto empresarial. En esta ocasión, el ambicioso empresario se asoció con dos antiguos amigos de la universidad para fundar AudioNet, que eventualmente se convertiría en Broadcast.com, una compañía de radio en Internet dedicada a la retransmisión de eventos deportivos.
La compañía se expandió rápidamente, llegando a ofrecer cientos de canales deportivos, programas de radio, lanzamientos de productos y desfiles de moda. Broadcast fue una de las primeras páginas de radio online en el mundo, y, cuando tuvo su aparición en la bolsa en el año 1998, las acciones disfrutaron del impulso del boom de las empresas de internet, denominadas puntocom, pasando de valer $18 dólares a $75 en sólo un día.
Para 1999, el proyecto había crecido exponencialmente, contando con 330 empleados y con ingresos por más de $13.5 millones de dólares para el segundo trimestre del año. Ese mismo año, Broadcast fue comprada por Yahoo! por la suma de $5.700 millones de dólares, convirtiendo a Mark Cuban en multimillonario con tan sólo 40 años de edad, justo antes de que la burbuja de las puntocom estallara.
En una entrevista a la revista Money, el exitoso empresario dejó clara su estrategia para hacerse multimillonario:
“La clave es vivir dentro de tu presupuesto, ahorrar y poner un poco de dinero en un fondo de inversión de bajo costo. Vivir tan austeramente como te sea posible, sin duda te beneficiará.”
Siguiendo sus pasiones e incursionando en nuevas industrias
Después de la venta de Broadcast, Mark diversificó su riqueza para evitar riesgos ante una caída en la bolsa, y con el nuevo milenio, en el año 2000, se aventura a gastar $285 millones de dólares para comprar la mayoría de las acciones del equipo de los Dallas Mavericks de la NBA, comenzando una era prometedora para el club, pasando de sólo ganar el 40% de los juegos, a vencer en un 69% de las veces, alcanzando los playoffs en todas las temporadas, excepto por una.
Para Mark, un aficionado al baloncesto desde hacía mucho tiempo, la oportunidad de ser parte del mundo del deporte profesional era algo de ensueño. Los Mavericks, sin embargo, estaban lejos de ser un equipo exitoso y con una gran afición, pues sus resultados en el campo de juego siempre habían dejado mucho que desear. El equipo sufría siempre por malas decisiones de contratación en los niveles técnicos y por tener jugadores y entrenadores mediocres. El club experimentó más de una década de partidos de baloncesto fuera de los juegos principales de la NBA.
Cuban usó su nuevo rol como propietario para cambiar eso de inmediato. Con su entusiasmo y tenacidad característicos, renovó la cultura del equipo y su plantilla, construyó un nuevo estadio y les dio a sus mejores jugadores todo lo necesario para mantenerse en forma. Además, demostró ser el mayor impulsor del club. Al elegir sentarse con los fanáticos, provocaba a los fans contrarios y se burlaba de los árbitros, de manera que los Mavericks respondieron sintiéndose más animados y jugando mucho mejor ante la atención que les prestaba el nuevo propietario, aunque estas situaciones también le valieron muchas controversias, multas o denuncias por parte de la liga o de los medios. El equipo se clasificó para los playoffs en 2001, estableció un récord de victorias al año siguiente y llegó a las finales de la NBA de 2006 antes de perder ante el Miami Heat. En 2011, los Mavericks finalmente ganaron el título de la NBA al derrotar al Heat.
Mark también aportó un toque de innovación a su propiedad en el equipo. Fue el primer propietario en lanzar su propio blog, el cual contaba con una mezcla vertiginosa de sus propias ideas y pensamientos tecnológicos sobre el baloncesto de la NBA. El blog se volvió tremendamente popular, recibiendo miles de correos electrónicos al día de sus lectores.
En los siguientes años, los Dallas Mavericks continuaron creciendo como equipo y como empresa, llegando a alcanzar un valor en el mercado de más de $2.700 millones de dólares, consolidándose como uno de los equipos deportivos más valiosos del mundo según la revista Forbes.
En el año 2013, Mark Cuban lanzó un libro digital bajo el título “Cómo ganar en el deporte de los negocios”, en el que describe crónicas de sus experiencias en los negocios y en el basquetbol. Allí escribió:
“No importa cuántas veces fallas. En los negocios, para tener éxito, solo tienes que acertar una vez. Una sola vez y ya lo tienes para toda la vida. Esa es la belleza del mundo de los negocios.”
Vida personal y otras facetas de Mark Cuban
En cuanto a su vida personal, Mark contrajo matrimonio en septiembre del año 2002 con Tiffany Stewart, una ejecutiva que trabajaba en una agencia de publicidad. De esta unión nacieron 3 hijos. Toda la familia vive junta en Preston Hollow, Dallas, en una gigantesca mansión de 24 mil pies cuadrados.
En el 2004, el exitoso empresario lanzó su propio show de televisión, llamado The Benefactor, un programa que responde a su pasión por los negocios y que buscaba ayudar a varios emprendedores a materializar sus empresas. Este show fue comparado con el programa de Donald Trump, The Apprentice; sin embargo, aunque Mark ofrecía al ganador un premio de $1 millón de dólares, el programa no tuvo el éxito esperado y fue cancelado luego de seis episodios.
En otra de sus facetas, Mark Cuban mantiene cierta actividad política y social, aportando miles de dólares para campañas políticas y apoyando a través de su blog distintas problemáticas sociales. Además, creó el plan de estímulos de Mark Cuban, a través del cual apoya y financia ideas de emprendedores que tengan el potencial para estimular la economía.
En cuanto a la industria del deporte, no sólo ha estado ligado al básquetbol, sino que también ha participado y actuado en la WWE, donde, por ejemplo, sufrió el ataque de la superestrella de RAW Randy Orton, y fue árbitro invitado en otra ocasión. Otro deporte en el que intentó incursionar fue el hockey, lanzando una oferta para comprar el equipo de Los Pingüinos de Pittsburgh, pero la franquicia rechazó la propuesta. Y tampoco tuvo suerte intentando comprar algún equipo de la Liga Mayor de Baseball.
En el programa de telerrealidad Shark Tank, Mark Cuban se ha hecho popular por inversiones altamente exitosas y con gran potencial. Ha invertido en más de 80 empresas a lo largo de más de 100 episodios, con un aproximado de $22 millones de dólares invertidos.
Las cuatro inversiones más grandes realizadas por Mark en el programa, fueron en las siguientes empresas: Ten Thirty One Productions, una compañía de entretenimiento; Rugged Maniac, una carrera anual de obstáculos; Hy-Conn, una empresa dedicada a la fabricación de conectores rápidos para mangueras; y BeatBox Beverages, una compañía que vende ponche a base de vino en caja; cada una con al menos una inversión de $1 millón de dólares, según datos estadísticos del programa.
Desde la llegada de Mark al programa en el año 2011 en la segunda temporada, los ratings del show han subido de manera sobresaliente, al tiempo que, durante su participación en cada una de las temporadas, Shark Tank ha ganado tres premios Emmy para programas en horario Primetime.
Mark Cuban: El multimillonario que logró el éxito siguiendo sus pasiones
Actualmente, Mark Cuban tiene 64 años y posee una fortuna de más de $4.600 millones de dólares, ubicándose en la lista de las 1.000 personas más ricas del mundo según la revista Forbes. De acuerdo a una entrevista reciente, ha comenzado a incursionar en negocios que no son tradicionales, como, por ejemplo, invirtiendo el 80% de su dinero en criptomonedas, o en la empresa LuminAID LAB, dedicada a la fabricación de dispositivos de iluminación que funcionan con una batería recargable con luz solar. En paralelo al trabajo, ha desarrollado una amplia labor filantrópica. En junio de 2015, hizo una donación de $5 millones de dólares a su alma máter, la Universidad de Indiana en la ciudad de Bloomington, para crear el Centro de Tecnología y de Medios para los deportes Mark Cuban. Y, en marzo de 2020, en el inicio la pandemia de la Covid-19, publicó una oferta en LinkedIn para los propietarios de pequeños negocios que tenían preguntas acerca de qué hacer y cómo sobrevivir en medio de la caída económica que significó la crisis. Él les dijo a las personas que le podían preguntar cualquier cosa, pero que su objetivo preferido era ayudar a los pequeños negocios que estaban tratando de evitar los despidos y los recortes en las horas de trabajo. Hubo más de 10.000 comentarios en respuesta a su oferta.
Así concluimos la fascinante historia de Mark Cuban, un empresario ambicioso, arriesgado y visionario que encontró en los negocios la oportunidad de dar rienda suelta a todas sus pasiones, convirtiéndose en una de las personas más ricas del mundo en el proceso y construyendo múltiples compañías multimillonarias en diversos sectores de la economía. En sus propias palabras:
“No importa cuántas veces fracases. No importa cuántas veces casi te sale bien. Nadie va a saber ni le importan tus fracasos… Entonces tampoco deberían importarte a ti.”
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